lunes, 9 de julio de 2007

Historia del bonsái

En japones (Bon : bandeja + sai : naturaleza)
Es el arte de cultivar árboles y arbustos, reduciendo su tamaño por técnicas como el transplante, la poda, el alambrado, el pinzado, entre otras. Modelandolos para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza.

Este arte es originario de China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas.
Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.

Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsái estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podian conservar un árbol en maceta tenían asegurada la eternidad. Así fue como los monjes disponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos y hasta eran fuente de adoración.
En el sur de China el arte del bonsái consistía en transmitir todas las características de un árbol desarrollado en la naturaleza a un árbol pequeño cultivado en maceta. Se buscaba reporducir estos árboles según los existentes en la altas montañas por lo cual utilizaban sólo especies que existían en los montes y que ya poseían formas especiales en su intensa lucha contra las actividades climáticas.

Un bonsái no es una palabra genéticamente empequeñecida. Se mantiene pequeño dándole forma podando el tronco, las hojas y las raíces cada cierto tiempo, dependiendo de la especie.
Si se cultiva adecuadamente, sobrevivirá el mismo tiempo que un árbol normal de la misma especie, pero si lo hacemos de forma incorrecta, probablemente morirá.
Se necesita darle tiempo y dedicación para que un bonsái sobreviva y cresca fuerte.

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