La simple razón por la que hay que regar los bonsái, es porque las plantas sin agua se mueren.
Las plantas que viven en el campo llegan con las raíces hasta el agua almacenada en la profundidad del suelo.
Las plantas que viven en una maceta no encuentran más agua que la que hay en la maceta, por esto, todas las plantas que viven en maceta y por supuesto los bonsái, precisan de un riego más o menos frecuente.
La única regla que hay para regar es la siguiente:
Hay que regar sólo cuando le hace falta agua al Bonsái.
Si regamos continuamente un bonsái, llega a ahogarse. Es como si nos hicieran beber sin sed. Cuando la superficie de la tierra de la maceta empieza a secarse, es cuando hay que volver a regar. Veremos que la tierra coge una tonalidad más pálida, pero el bonsái aún no presenta ningún signo de marchitarse. También, tocando con los dedos la superficie, la encontraremos seca.
Como la planta se seca más en verano que en invierno, más se está al sol que a la sombra, se seca más si le da el viento, etc. no podemos saber con exactitud cada cuando el bonsái necesitará agua, proque no sabemos de antemano, el ambiente en el que su dueño va a colocar el bonsái.
No se puede recomendar nuca "riéguelo cada día" o "riéguelo una vez a la semana", el consejo adecuado es:
"Aprenda a regar, sólo cada vez que el bonsái lo necesite" que es cuando la tierra de la maceta comienza ligeramente a secarse por encima.
La forma de riego
Cuando veamos que la planta necesita agua hay que regar a fondo, lo que quiere decir "regar hasta que toda la tierra esté completamente empapada".
Para conseguir esto, se precisa una regadera con una rosa de agujeros muy finos, para que el agua salga con suavidad.
Se riega por encima los bonsái una primera vez, para que la humedad abra los poros de la tierra.
Al cabo de unos minutos se vuelven a regar a fondo hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje.
La bandeja que acompaña a los bonsái interior sirve para que el agua sobrante no gotee encima de los muebles. Después del riego esta bandeja no ha de quedar llena de agua.
El nivel no debe llegar a tocar los agujeros de la maceta, un bonsái siempre mojado pudre sus raíces.
Hay bonsái en cambio que, porque llevan una tierra muy pastosa, no se pueden regar bien por este sistema, ya que el agua resbala por los lados de la maceta y no penetra en la tierra.
para que la tierra de estos bonsái se empape bien podemos ponerlos en la bandeja de plástico que acompaña a los bonsái de interior, y dejarlos unos 10 minutos aproximadamente.
tambiñen hay que regar de esta manera los bonsái que por descuido se han quedado secos y no se empapan bien.
Nunca hay que regar con un pulverizador de los que se utilizan para quitar el polvo y dar humedad a las plantas, NO SIRVEN PARA REGAR, sólo humedecen la superficie de la maceta y el agua no llega a las raíces.
Hay ue regar con una regadera apropiada o hacerlo por inmersión.
martes, 31 de julio de 2007
miércoles, 11 de julio de 2007
Clasificación por estilo
De acuerdo con su estilo los bonsái se clasifican en:
Chokkan: Es el clásico estilo vertical formal de tronco recto, con la usual silueta triangular.
Moyogui: Estilo vertical informal donde se reconoce la silueta triangular pero el tronco es sinuoso.
Shakan: Estilo de tronco inclinado no más allá de 45°, reconocible la silueta triangular.
Han Kengai: Semicascada, con un ápice del tronco ubicado bajo el borde de la maceta y por encima del fondo del mismo.
Kengai: Cascada, el ápice del tronco se encuentra claramente bajo el borde de la maceta. Es equivalente a un estilo vertical puesto cabeza abajo.
Fukinagashi: "Barrido por el viento". En este estilo se simula los árboles que han crecido en la cima de una montaña dominada por vientos fuertes que soplan siempre en la misma dirección. Toda la masa del árbol se encuentra inclinada hacia a un costado.
Neagari: Raíces expuestas, usando cualquiera de los estilos de tronco descritos pero donde las raíces del árbol se encuentran visibles, usualmente sobre una roca.
Bunjin: Busca simular la caligrafía oriental, es de origen chino y se caracteriza por tener un tronco muy esbelto y una copa casi nula (solamente en el ápice del mismo).
martes, 10 de julio de 2007
lunes, 9 de julio de 2007
Historia del bonsái
En japones (Bon : bandeja + sai : naturaleza)
Es el arte de cultivar árboles y arbustos, reduciendo su tamaño por técnicas como el transplante, la poda, el alambrado, el pinzado, entre otras. Modelandolos para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza.
Este arte es originario de China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas.
Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.
Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsái estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podian conservar un árbol en maceta tenían asegurada la eternidad. Así fue como los monjes disponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos y hasta eran fuente de adoración.
En el sur de China el arte del bonsái consistía en transmitir todas las características de un árbol desarrollado en la naturaleza a un árbol pequeño cultivado en maceta. Se buscaba reporducir estos árboles según los existentes en la altas montañas por lo cual utilizaban sólo especies que existían en los montes y que ya poseían formas especiales en su intensa lucha contra las actividades climáticas.
Un bonsái no es una palabra genéticamente empequeñecida. Se mantiene pequeño dándole forma podando el tronco, las hojas y las raíces cada cierto tiempo, dependiendo de la especie.
Si se cultiva adecuadamente, sobrevivirá el mismo tiempo que un árbol normal de la misma especie, pero si lo hacemos de forma incorrecta, probablemente morirá.
Se necesita darle tiempo y dedicación para que un bonsái sobreviva y cresca fuerte.
Es el arte de cultivar árboles y arbustos, reduciendo su tamaño por técnicas como el transplante, la poda, el alambrado, el pinzado, entre otras. Modelandolos para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza.
Este arte es originario de China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas.
Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.
Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsái estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podian conservar un árbol en maceta tenían asegurada la eternidad. Así fue como los monjes disponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos y hasta eran fuente de adoración.
En el sur de China el arte del bonsái consistía en transmitir todas las características de un árbol desarrollado en la naturaleza a un árbol pequeño cultivado en maceta. Se buscaba reporducir estos árboles según los existentes en la altas montañas por lo cual utilizaban sólo especies que existían en los montes y que ya poseían formas especiales en su intensa lucha contra las actividades climáticas.
Un bonsái no es una palabra genéticamente empequeñecida. Se mantiene pequeño dándole forma podando el tronco, las hojas y las raíces cada cierto tiempo, dependiendo de la especie.
Si se cultiva adecuadamente, sobrevivirá el mismo tiempo que un árbol normal de la misma especie, pero si lo hacemos de forma incorrecta, probablemente morirá.
Se necesita darle tiempo y dedicación para que un bonsái sobreviva y cresca fuerte.
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